domingo, 17 de febrero de 2008

Ejercitación Vaginal

Pues... una vagina musculosa y fuerte es capaz de dar mucho más placer...

Un ejercicio para incrementar el placer en nosotras es un ejercicio que consiste en hacer la fuerza que hacemos al aguantarnos el pis... si... pero ojo, no hay que hacerlo mientras sentimos las ganas de orinar, ya que con el tiempo podríamos contraer alguna especie de infección. Es simple y podemos hacerlo en cualquier momento del día, en el trabajo, mientras viajamos en el auto, viendo una película.

Otro, para incrementar el placer que le damos a los hombre en el momento de la penetración vaginal. En la cama o cuando esté tomando un baño introduzca dos dedos en el interior de su vagina e intente contraer las paredes vaginales, sin juntar las piernas, repetidamente hasta que pueda sentir los músculos en sus dedos. Si al principio resulta difícil, puede empezar con tres dedos y después ir disminuyendo sucesivamente un dedo cada vez hasta que sea capaz de sentirlo sólo con el dedo pequeño. En ese momento los músculos de su vagina habrán adquirido la fuerza suficiente como para controlar el nivel de satisfacción durante la penetración.

El anatomista - Fragmento

Hace muchos años, allá por el 2001 creo, un chico muy lindo, encantador y aventurero me pasó un libro genial sobre la vida de una prostituta y un clérigo anatomista que osa investigar el cuerpo femenino alla por el siglo XVII en el Renacimiento.




Los años pasaron y no se porque nunca había registrado el nombre a pesar de que me había encantado. Hace unos días hablando con Romi, caí en la cuenta, después de un rato, de que estabamos hablando del mismo libro...

Aquí les dejo algo de lectura para entretener sus pensamientos.






Bailó. Nadie hubiera dicho que, como la víctima de una
serpiente cuyo veneno va invadiendo, implacable, la sangre, aquel hombre adusto que bailaba
acababa de enfermar definitivamente. Bailó.
Por siempre, hasta el día de su muerte, habría de recordar que bailó bajo el encanto de
aquellos ojos maliciosos; hasta el último día, como se conmemora la fecha de un mártir,
habría de recordar que anduvieron huyendo por pasillos, jardines y galerías y que, en una
alcoba recóndita del palacio, con el lejano susurro de los laúdes, pudo besar sus pezones
rosados, duros como perlas pero más tersos que el pétalo de una flor. Hasta el día de su
muerte habría de recordar, como una efemérides negra y sin embargo tan dulce, su voz de
leño ardiendo, el aquelarre de su lengua cuya materia era la misma que la del fuego del
infierno. Hasta el último día habría de recordar que, como aquel que ha cumplido promesa de
ayuno y renuncia al manjar permitido para postergar el ansia de comer, así rehusó su cuerpo y
en cambio, acomodándose el lucco, le dijo:

—Quiero retrataros.

Y, como el náufrago que confunde las nubes del horizonte con la tierra firme, creyó ver
amor en aquellos ojos verdes repletos de pestañas arqueadas. Y no eran más que nubes.

—Quiero retrataros —repitió con el ánimo turbado por la emoción.

Y creyó ver emoción en los ojos de la serpiente. Mona Sofía lo besó con una ternura
infinita.

—Podéis venir a verme cuando queráis —dijo y en un susurro agregó:

—Venid mañana mismo.

El anatomista la vio arreglarse el vestido, vio cómo por última vez le ofrecía sus pezones
duros para que los besara y la vio girar sobre sus talones en dirección a la puerta. Entonces
oyó cómo le decía, antes de perderse al otro lado:

—Venid mañana, os estaré esperando. Y no eran más que nubes.


[...]


Desde su regreso a Padua, Mateo Colón pasaba la mayor parte del tiempo encerrado en
su claustro. Apenas si salía para ir a las misas de rigor y para dar clases en el aula de
anatomía. Las visitas furtivas a la morgue empezaron a espaciarse, hasta que las abandonó
por completo. Dejó de manifestar cualquier interés hacia los cadáveres. Encerrado en su
claustro, no hacía otra cosa que rebuscar en los antiguos volúmenes de farmacia en los que
había estudiado. Cuando salía al bosque lindero a la abadía, ya no se interesaba por los frescos
despojos que le señalaba su Leonardino. De pronto, el anatomista se había convertido en un
inofensivo animal herbívoro. Era, ahora, un farmacéutico. Cargaba sacas con infinidades de
hierbas que eran prolijamente clasificadas, agrupadas y más tarde infusionadas.
Estudió las propiedades de la mandrágora y la belladona, las de la cicuta y el apio, y
estableció los efectos de estas plantas sobre los distintos órganos. Era la suya una tarea
peligrosa, pues el límite que separaba la farmacia de la brujería era, ciertamente, impreciso.

La belladona había concitado la misma atención en médicos que en brujos. Los antiguos
griegos la habían llamado atropa —la inflexible— y le atribuían la propiedad de restablecer y de
cortar el hilo de la vida. Los italianos la conocían y las damas florentinas aplicaban la savia de
la planta para dilatarse las pupilas y conferirse una mirada soñadora que —a costa de una
ceguera más o menos crónica— les daba un atractivo incomparable. Conocía los efectos
alucinógenos del temible beleño negro, cuyas propiedades ya habían sido descritas en los
papiros de Eber, en Egipto, hacía más de dos mil quinientos años y ciertamente sabía que
Alberto Magno había escrito que el beleño era empleado por los nigromantes para conjurar a
los demonios.

Preparó cientos de pócimas, cuyas fórmulas eran puntualmente catalogadas y, entonces,
por las noches, se lanzaba hacia los sórdidos burdeles de Padua cargado con sus frascos.
Mateo Colón se había trazado una meta nada original: conseguir un preparado que pudiera
apropiarse de la volátil voluntad de las mujeres. Desde luego que existían numerosas pócimas
que hasta una aprendiz de bruja podía preparar por unos pocos ducados. Sin embargo aún
conservaba un poco de cordura. Después de todo, él se había graduado en farmacia. Conocía
perfectamente las propiedades de todas las plantas; había leído a Paracelso, a los antiguos
médicos griegos y a los herbalistas árabes.

Entre sus apuntes, puede leerse: "El modo de asegurarse la eficacia de los preparados es
cuando éstos ingresan por la boca hacia el aparato digestivo. Las frotaciones en la piel pueden
surtir efectos, aunque esto es más trabajoso y los resultados son mucho más tenues y
efímeros. También pueden ingresarse por vía contraria desde el orificio anal, aunque en este
caso es difícil que el cuerpo los contenga, provocando serias diarreas. Y, según la
circunstancia, también pueden ser inhalados sus vapores y así, distribuirse sus partículas
desde los pulmones hacia la sangre. Pero la vía más aconsejada será la de la boca".

Ahora bien, ¿Cómo dar de beber los preparados a las prostitutas sin que éstas se
nieguen? El camino más expeditivo sería frotarse el sexo con las infusiones en muy alta
concentración y, por vía de la fellatio, hacerlas ingresar en el cuerpo de las mujeres.


A leer el libro pues...

sábado, 16 de febrero de 2008

Nan Goldin


Vida agitada si las hay, nació en una familia judía pero deambuló por varias otras después de que su hermana, quien la tenía a cargo, se suicidara.




Desde muy joven se interesó en la fotografía, y con el transcurso del tiempo se transformó en una "fotógrafa documentalista" de la escena punk, el sida y la homosexualidad.
















Capturadora de imágenes excelentes, pero más conocida por retratarse tras las golpizas de su amado Brian.














































Sobre Hermafroditas y demás particularidades (XXY, XYY, XXX)

No hace mucho ví la película de Lucía Puenzo. XXY, y desde hace unos días estuve buscando información al respecto.

Desde ya, más que recomendada y de la que no quiero decir nada en cuanto a su argumento, porque sorprende verla sabiendo poco y nada...

Yo no conocía nada del tema hasta hoy, salvo que las mujeres somos XX y los hombres XY, y por esto me sorprendió la diversidad de anomalías en los cromosomas que existen: 48,XXXX, 49,XXXXX, 48,XXYY, 48,XYYY and 49,XXXXY, entre otros.




Pero los que pude relacionar con la película son XXY, o síndrome de Klinefelter, que es un desorden en el cariotipo (ordenamiento de cromosomas) y que es bastante común afectando a 1 de cada 500 hombres vivos, ya que A pesar de la relativa frecuencia del padecimiento en recién nacidos vivos, se estima que la mitad de los productos 47, XXY se abortan de manera espontánea.(Wikipedia)

Al momento de nacer, las anomalías no son visibles, sino que se hacen notar en la pubertad. Dentro de las anomalías de un hermafrodita están la presencia de órganos sexuales anormales, un pene muy pequeño (2,5 cm); bajos niveles de fertilidad; cifras elevadas de gonadotropinas; vello púbico, axilar y facial disminuido.; alta estatura; disfunciones sexuales; y discapacidad en el aprendizaje. Pero el hecho de tener ambos órganos sexuales completos es sólo un mito.

Uno de los factores de riesgo es la maternidad a una edad muy avanzada.



Por otro lado existe el “síndrome” (hay diferentes posturas sobre si llamarlo así) del superhombre o XYY, éste se presenta en uno cada 2000 hombres, y un estudio reveló que el 97 % de la población masculina del Reino Unido presenta esta condición.
No es una anomalía apreciable a simple vista, sino que sólo se revela a través de un estudio específico.
Son hombres que no presentan actitudes agresivas, suelen tener problemas de aprendizaje pero muy leves, y completar el desarrollo de su lenguaje en un tiempo algo más prolongado que un niño XX; suelen ser también algo más altos que sus padres y hermanos y tener un cociente intelectual 12 puntos menor al de sus familiares directos.

El primer caso en detectarse fue en EEUU (New York) en el 61 cuando a un hombre le analizaron su cariotipo luego de tener una hija con Síndrome de Down, éste tenía una inteligencia promedio.

Por último en cuanto anomalías sexuales, está el síndrome XXX, que tampoco es perceptible a simple vista, ya que las mujeres con esta particularidad no poseen características notables algunas tienen problemas en el aprendizaje, pero generalmente son fértiles.

La gran gran mayoría de los XYY, y los XXX nunca llegan a conocer su cariotipo.

viernes, 1 de febrero de 2008

Disfunciones sexuales e Hipnósis

Un interesante estudio que encontré en Comportamental sobre un caso de disfunción erectil y su respectivo tratamiento con hipnósis.

A la hora de establecer las posibles causas que nos expliquen los problemas de erección hay que determinar si cabe establecer una etiología orgánica de la disfunción o si sólo obedece a causas de carácter psicológico.
Múltiples factores pueden alterar este proceso: fatiga, consumo de alcohol y drogas, consumo de fármacos, algunas enfermedades y múltiples factores psicológicos entre los que la ansiedad aparece como la más relevante. Se estima que la mayor parte de los problemas de erección tienen una causa de base psicológica.

La ansiedad ante la situación de interacción sexual, la auto-observación durante la interacción, los pensamientos obsesivos, el exceso de preocupación respecto a su compañera, el miedo a no lograr una erección adecuada, la preocupación exagerada respecto a la calidad de la ejecución o al rendimiento sexual, el no centrarse en disfrutar la situación, todo ello puede bloquear la erección (Labrador, 1994).


Se relata el caso de un jóven de 20 años, homosexual, que presenta problemas erección. Es un chico que está cómodo con su identidad sexual, todas sus experiencias anteriores han sido buenas, ninguna resultó traumática. Tiene problemas para conseguir la erección y por vergüenza deja de lado su vida sexual con otras personas, solamente se masturba en soledad pero con muchas dificultades.

Las primeras sesiones consisten en realizarle varios tests como Sexual Opinion Survey (SOS) de Fisher y cols. (1988). Versión castellana de Carpintero E., y Fuertes A. (1994), Cuestionario de Placer Sexual: Hombres (Annon, J.S., 1975), TAI A/R de Spielberger (Se administraría también a la finalización de la terapia), entre otros. Se obtiene el diagnóstico, y se le brindan una serie de ejercicios de relajación y excitación que deberá realizar en su casa, se aclaran dudas y se le da toda la información que sea pertinente.
En las sesiones de hipnósis, se lo lleva a estados de raljación profunda a través de la visualización de paisajes agradables, y la guía del terapeuta. En otras se lo lleva a estados de excitación, visualizando a una persona atractiva y un encuentro con ella, luego se induce a la relajación sexual. En algunos casos se le da rienda suelta para que visualice sus propias fantasías y las disfrute.


Al finalizar 10 sesiones y el seguimiento, el muchacho se recuperó por completo de su problema logrando volver a su vida sexual normal, e incluso con más tranquilidad y disfrute que antes.

Aquí está el estudio completo de este caso.


Antidepresivos y Orgasmos

Mi querida y entrañable amiga Mao, vive desde hace un tiempo en Brujas, Bélgica. Allí trabaja con en el restaurante de su padre. Allí conoció a Emma que es una de las cocineras y justamente anoche me contó que ésta sufre de frigidez. Hace un tiempo, después de ocultar su problema, un poco por vergüenza y otro poco por orgullo, decidió buscar un tratamiento y se largó a la búsqueda e investigación del tema. Mao la acompañó.
Le propusieron diversos tratamientos, que fué desechando por no convencerla, entre los que me llamaron la atención una terapia de Hipnósis que le ofreció una sexóloga, que consistía en un intento de inducción al orgasmo para descubrir si presentaba trabas a nivel psicólogico y de ser así cuales eran para empezar a trabajar en ellas.
Y luego la que le propuso el terapeuta al que consulta actualmente, que consiste en el tratamiento con MDMA, conocido popularmente como éxtasis. Las dosis son muy bajas y espaciadas, y al parecer acompañadas de las charlas semanales con su terapeuta, está logrando avances que creía imposibles hace un tiempo.

Busqué más información al respecto y me encontré con un estudio, sobre pacientes, en general hombres, que al ser tratados con un antidepresivo en particular, la Venlafaxina, presentaban como efectos secundarios en algunos casos el orgasmo espontáneo. Se relata particularmente el de una mujer, que en tratamiento con este antidepresivo tenía orgasmos espontáneos dos o tres veces al día, y que ya había presentado ese síntoma en otro tratamiento con Fluoxetina.

Mi amigo y psicólogo de consulta me dijo que "por lo general la mayoría de los psicofármacos modifican el funcionamiento y comportamiento sexual. Varios antidepresivos, por lo general ISRS o antidrepresivos triciclicos se utilizan ante disfunciones sexuales, como eyaculación precoz o hipersensiblidad en hombres; de hecho, las experiencias con enteógenos agonistas serotoninergicos, intevienen en el procesamiento de las sensaciones de placer-displacer, orgasmos mentales, es medio como tener orgasmos en los sueños.
De igualmodo, no del todo recomendado utilizar antidepresivos ante cualquier poblema de disfunción sexual, mejor dejarlo para una ultima instancia."
¿Por? ¿Algún efecto secundario? ¿Dependencia?- pregunto yo
"Eco, por la dependencia más que nada, mientras se toma la medicación, todo bien, cuando se la cortan viene el rebote."


Y es que los neurotransmisores serotoninérgicos, son los asociados al placer y al estado de animo, los dopaminérgicos están asociados a las decisiones y a la "seguridad" de las personas y hay varios tipos de neurotransmisores, cada uno asociados a distintas funciones cerebrales.




Nota de color rescatada del tiempo:

EE.UU. han comercializado un antidepresivo que puede causar orgasmos espontáneos al bostezar. Se llama Anafril y es estupendo para eyaculaciones prematuras, que deprimen mucho y te obligan a acentuar el tratamiento.

También hay gente que se hace pis cuando se ríe, o que llora al estornudar, pero nunca habíamos oído hablar de la posibilidad de compatibilizar el orgasmo con el bostezo.

http://www.laprensa.com.ni