En cuanto al escritor:
es profesor de Historia Medieval y director del Taller de Historia en la Universidad de Zaragoza (España).
Autor de novelas históricas, ha publicado numerosos artículos y colaborado en programas de radio y televisión. Ha sido asesor histórico de la película 1492: La conquista del paraíso de Ridley Scott.
En 1992 obtuvo la medalla de plata en el XXXIV Festival Internacional de Vídeo y Televisión de Nueva York como director histórico de la serie "Historia de Aragón en Vídeo".
El secreto escondido en las catedrales, la alquimia, la piedra filosofal, una hermandad secreta, tangas... ¿tangas? Sí, la escueta prenda, que aparece en varias tórridas escenas de sexo, es representativa de la fuerte carga de erotismo que ha puesto José Luis Corral en su nueva novela Fulcanelli, el dueño del secreto (Marlow) que supone el debú de este maestro de la narrativa histórica, autor de El Cid, en el transitado género del thriller esotérico.
Más de uno pensará que a Corral, que ya solía sazonar sus novelas históricas con alguna escena erótica de alto voltaje, se le ha ido un pelín la mano al especiar Fulcanelli: la pareja protagonista, dos historiadores del arte, estadounidense él (a la Dan Browne), parisina ella, se entregan de manera recurrente pero jamás cansina a los placeres del sexo, que Corral describe con entusiasta minuciosidad ("la joven profesora llevaba un tanga blanco, muy pequeño, casi transparente. Estaba completamente depilada"). "Nos ha puesto cachondos", reconoció entre risas el editor de Marlow (un sello de Edhasa), Daniel Fernández, al presentar con el autor la novela (que a los 10 días de publicada ya ha precisado reedición). Más circunspecto, Corral objetó que a él no le parece que haya tanto sexo y que, en todo caso, la vida es así, lo que provocó algún suspiro entre los presentes. "El sexo me encanta, hay que romper el tabú del sexo, el sexo es una cosa de todos los días", abundó, provocando más suspiros.
Fulcanelli, recalcó, es, en su concepción, anterior a la moda Código Da Vinci, y tiene su origen en un interés en las catedrales normal en un medievalista. La novela, subrayó, es, sin embargo, eso, sólo novela y ahí se distingue de otra narrativa que pretende desvelar secretos esotéricos. La trama, con registro de best seller, sitúa a los dos protagonistas tras el rastro del legendario Fulcanelli, autor de aquel célebre El misterio de las catedrales, libro canónico de las supercherías catedralicias que Pauwels y Bergier popularizaron en 1960 en su El retorno de los brujos. Corral los sigue en la tesis de que Fulcanelli, fuera quien fuera, y los alquimistas de su entorno, poseedores de secretos sobre la transmutación de la materia, se relacionaron con los físicos nucleares franceses de entreguerras y fueron objetivo de los servicios de inteligencia durante la II Guerra Mundial. La novela, que conjuga acción, esoterismo, mística y teología medieval, juega con la tradición de que la piedra filosofal está oculta en el altar mayor de Notre Dame.
Corral no considera que escribir una novela de este tipo -con la que se lo ha pasado estupendamente- signifique desdoro alguno para un historiador serio como él. De hecho, recordó que cuando empezó en la novela histórica ese género se veía como poco adecuado para un historiador y en la universidad le llegaron a hacer el vacío. "La percepción ha cambiado, afortunadamente".
5 comentarios:
Curiosamente ayer leía "Abbadón, el exterminador", justo la parte en que Sabato, a manera de testimonio autobiográfico comenta que trabajando en el laboratorio Curie se hace presente un tal Moninelli y le habla de un tal Fulcanelli. Sabato, por entonces un físico, se rie. La rima quizás. Indagando un poco más, parece que los alquimistas hace tiempo sabían como desatar las fuerzas del átomo y bueno, en el autor comienzan a nacer intuiciones de un futuro aterrador confirmadas finalmente con el estallido de la guerra y la masacre de Hiroshima. La novela de este tipo corral no debe ser algo interesante. La historia es mucho mejor contada por sus protagonistas.
También lo recuerdo.
A ese libro no lo terminé nunca, llegué hasta casi casi el final, pero me dio la sensación de que cuando lo terminara Sábato moriría en la realidad...
Es verdad, el tipo está ahí adentro!. No lo termines por las dudas, diría Sábato, eso sería atroz.
Hola, enhorabuena por el blog.
En cuanto al libro del que hablas, el de Corral, lo he terminado y no me ha gustado nada. Parecen trozos pegados, casi inconexos, con poco cuidado. No se lo recomendaría a nadie. Y menos aún que se gastasen los 2o euros que vale el libro.
Ah, muchas gracias por la advertencia Robin, aun no lo he leído, y luego de los comentarios aquí y en la calle, no voy a hacerlo. Me pareció interesante el argumento en algún punto suelto por allí, pero por lo que se dice, Corral no ha logrado desarrollarlo exitosamente.
Saludos
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