miércoles, 11 de junio de 2008

¿Se acabó el amor? Delirio de Pepita

No hay mejor momento para saberlo que en las malas, la pobreza o la enfermedad como en este caso.

Ella enferma hasta los dientes, con el malestar en los huesos y la sien, lucha con su humor que está hecho puro mocos e intenta aprovechar el tiempo que el doc le regaló en su casa para ponerse al día con mimos y tardes de a dos. En su cabeza y corazón suenan las palabras de el... "Hace un mes que sólo nos vemos por las noches Pepita, yo te extraño tanto!"






Pero resulta que sus intentos de ser una chica cariñosa se hacen añicos en cuanto se entera de que las veces que se le acercó a lamerle la oreja y rodearlo desde atrás con sus brazos mientras el escribía en su ordenador no estaba haciendo otra cosa que invadir su momento de soledad. Pobre Pepa! Con el esfuerzo que hizo para ignorar el dolor mientras se agachaba hasta su oido!
Ahora el Moncho además le pregunta que si no tiene alguna actividad pendiente, salir a caminar o alguna amiga a la que visitar... "Ay Monchito! Tengo que hacer reposo, pero no te preocupes, si vuelvo a necesitar tu zipo no te lo pido, voy directo al almacén a comprarme uno."

A pesar de todo, esta mañana Moncho vació su verga en la cintura de Pepa que aun estaba algo dormida, o dolorida... Pepa reaccionó, tremenda mojada se pegó y quiso un poco más para ella... Pero ya era tarde, al parecer Moncho tenía asuntos más importantes a los que atender. "Tengo que estar vestido y atento porque dentro 20' llega el herrero a decirnos cuanto nos costarán las nuevas puertas..."
Pepita, ilusa, creyó que se trataba de una broma, recurrió entonces a rogar algo cochina, eso a Moncho solía gustarle... "Monchito, por favor... tengo la conchita empapada, necesito que me hagas una paja, que tus dedos vibren en mi clítoris, por favor... tu leche en mi espalda me tiene loca". La sorprendió recibir otro no como respuesta... "Quise hacerlo antes y no quisiste porque te dolía la cabeza... ahora ya me vestí" "Dale Monchito! Tocame un poco por favor, mira como estoy, no me dejes así" Pero no importaron todos los petes y pajas que Pepa hizo gratuitamente, sólo para evitarle el dolor de huevos, Moncho no cedió...


¿Se acaba la pasión? ¿Se acaba el amor? ¿Se acaba la paciencia? Con lo que odia Pepa a esas parejas tensas que no se sabe bien porque pero siguen juntas... ¿Se están convirtiendo en eso?

Tal vez Pepita, tal vez Monchito ya no es aquél que se desvelaba por enredarse en tus piernas, y olía el perfume que tus jugos dejaban en sus dedos mientras trabajaba en la oficina, contento de no haber dormido.
La pasión se acaba, y a veces termina en letargo. Triste, pero cierto.

Ojo Pepita, quizá todo de un vuelco a tu favor... Quizá solo sea la luna llena lo que emborrachó el alma de tu Monchito y lo tiene efervescente en busca de tu malestar y peleas, solamente pretendiendote dañar... Quizá la luna pronto deje de estar redonda y Monchito quiera volver a la paz.

1 comentario:

Anónimo dijo...

JAJAJAJA tipico tipico convivencia