lunes, 4 de agosto de 2008

Los aromas y el estímulo sexual

Es sabido que las mujeres necesitamos muchos más estímulos para encontrarnos a gusto que los hombres. Mientras ellos son puramente visuales, nosotras necesitamos estimular el tacto, el gusto, el oído y por sobre todo disfrutar de los aromas.

Richard Axel, fue premio Nobel de medicina por descubrir que en nuestra mucosa nasal hay unos receptores, más de 1000 diferentes, que combinados con el grupo factoreo que está en el cerebro, hace que podamos reconocer un mínimo de 10.000 olores diferentes, pero lo más importante era que nos permite relacionarlo con situaciones vividas, con psicología, con acciones de relación con las otras personas. Hay una respuesta a un olor que te da una situación. El olor tiene memoria, son las feromonas. Vivir Mejor


Nosotras somos mucho más sensibles a los aromas que los hombres, somos las que más consumimos perfumes, y no precisamente para atraer, sino más bien para estar bien con nosotras mismas, sentirnos a gusto, sexies y más predispuestas a la seducción. Nos sentimos atraídas a un hombre que tiene una fragancia determinada, y muchas nos "enamoramos" del olor de la piel de alguien. Nos excita el perfume del sexo, los aromáticos fluidos genitales en la piel.
Somos generalmente las que proponemos incluír alguna escencia o aceite para un masaje sensual.






Hay que tener cuidado para elegir el correcto. Los mejores son los aceites escenciales naturales:

Hay que separar lo que es un aceite de lo que es un aceite esencial. Los aceites vegetales, como el de almendra dulce o el de jojoba, tienen unas propiedades muy buenas sobre la mucosa y la piel, pero no tienen nada que ver con los aceites esenciales en los cuales ese olor y esa acción local hacen todo un íntegro que facilita mucho esa intimidad.

Esenciales viene de esencia. los primeros que trabajaron con aceites esenciales fueron los egipcios, pero el concepto esencial lo pusieron en el Renacimiento, cuando buscaban la esencia de las cosas, de la vida, de las personas. En las plantas del Mediterráneo, aunque no son las únicas, su esencia es el aceite esencial, el olor. Ya se sabía que la olor da unos cambios de ánimo a las personas, el secreto de la acción es que el aceite esencial llega a la nariz, interfiere, modula o actúa sobre nuestro sistema nervioso central y con eso, nuestro comportamiento, eso sólo lo consigue el aceite esencial.

Hay mucha diferencia entre un aceite con esencias naturales a otro con esencias sintéticas. El aceite natural es un aceite muy complejo, con una cantidad de sustancias, algunas de ellas en cantidades muy pequeñas que nos cuesta mucho analíticamente encontrarlas, pero que hacen un papel importante de sinergía con las demás. Por eso un aceite esencial natural tendrá más actividades, mientras el que sea sintético le faltarán muchas cosas aunque las proporciones serán las mismas.





Un interesante audio al respecto, a cargo del Profesor Josep Allué Creus, profesor de biología vegetal de la Universidad Autónoma de Barcelona


Los aceites esenciales son mezclas de varias sustancias químicas biosintetizadas por las plantas, que dan el aroma característico a algunas flores, árboles, semillas y a ciertos extractos de origen animal (almizcle, civeta, ámbar gris). Son intensamente aromáticos, no grasos (por lo que no se enrancian), volátiles (se evaporan rápidamente) y livianos (poco densos).
Los aceites esenciales son característicos de los Magnoliales, los Laurales, los Austrobaileyales, y los Piperales, y también de algunas familias no emparentadas con estos órdenes, como Myrtaceae, Rutaceae, las familias de Apiales, Lamiaceae, Verbenaceae y Asteraceae.

Se pueden encontrar en diferentes zonas de la planta:

En las flores como lavanda, jazmín y rosa.
En todo el árbol como sucede con el eucaliptus.
En las hojas como citronela.
En la madera como en el sándalo.
En la raíz como en el vetiver.
En la resina que exhudan como en el incienso, la mirra y el benjuí.
En la cáscara de los frutos como el limón, la naranja y la bergamota.

Dentro de los tejidos vegetativos, se encuentran en células esféricas o diferentes cavidades o canales en el parénquima, y cuando dan el olor a las flores, se encuentran en las glándulas odoríferas desde donde son liberados.

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