Después del Barcelona Sex Project y el Metro Cúbico de Semen, aparece Proyecto Género 2, una ambiciosa instalación.
Voy a dejar el relato de Martí Raval para El Mundo, ya que me pareció muy entretenido e interesante el shock con que relata su visita a la obra.
EN 'ESPACE CULTURAL AMPLE'.- Calle Ample, 5, 21.00 horas. Dos chicas en la puerta y una sonrisa. "Este es el programa, no se pueden sacar fotos". Mucha gente 'chic' –hoy he acertado con el vestuario- y 'Sense of space-Anxiety', un cuadro mural con muchos indonesios –a mi entender-, encerrados en pequeños cubículos, sexos al descubierto. Estoy en la exposición 'Proyecto Género 2'.
Me convence, sigo adelante. Un vídeo muestra una máquina pulidora que trabaja dos bustos de madera que, al final, termina destrozando. La expresión de mi cara debía ser otro cuadro y noto que alguien se acerca –en exposiciones como estas siempre hay eruditos-: "Habla del género, la uniformación [¿uniformidad?], cómo la sociedad intenta hacernos a todos iguales y al final nos destroza". Esta última palabra, 'destroza', la dice en tono suave, casi pegado a mi oído. Decido seguir sin volver la cabeza.
'Jack and Kate' me confirma lo que hace años un amigo lleva diciéndome: ¡Kate Moss luce un tremendo trabuco entre las piernas! Naturalmente, es un montaje. Respiro aliviado. Enfrente del pene de la supermodelo, un cojín de terciopelo rojo con la palabra 'LOVE' escrita en peligrosos trozos de cristal.
Escucho a una chica decir "me encanta Ramón [Guimaraes]" y deduzco que esa dosis de peloteo sólo puede administrarse al propio artista. Le abordo. "El amor es algo que se nos vende como algo feliz, un estado de confort... apoyar tu cabeza sobre su hombro... pero esta es la otra cara del amor... los padres nos enseñan la dicotomía entre hombre y mujer, pero dejan al personaje suelto, sin definir, sin contexto". Ante tanta inspiración, sólo se me ocurre un comentario: "Tú has sufrido mucho, ¿verdad?"
Entre la abundante gente 'guay' con copa en mano y caminar ladeado se divisan mujeres, otros que no lo son tanto, mucho joven 'popi' y alguna amiga que ha venido de Francia para la ocasión, además de la mujer que duerme en el sofá rosa floral. Me fugo a la terraza, consumiciones gratis y ¡fresco! Una bebida azul se me escapa ante la multitud que, como yo, lucha por abrirse paso hacia la mesa.
Boy George y Chris Isaak en las televisiones. Beirut en mis oídos. Corro hacia Fernanda, una delicia que pone música. "Pincho también en Margarita Blue, soy brasileña y relaciones públicas de la galería; si con 30 años no haces de todo, no llegas a ninguna parte". Al lado, un grupo de 'culturetas': "Yo soy catalán y Barcelona ha hecho un retroceso inconmensurable; hace 20 años arriesgó mucho con varias galerías, pero todo eso ha desaparecido, ahora los galeristas no tienen puta idea de cómo mover el arte".
¡Escaleras! Me escapo abajo. Allí, A.L. –me reservaré su identidad-, colaboradora de 'Inri', un tanto ida y con un doctorado en algo que se me escapa. Es interesante, una de esas almas que la gente toma por loca y que, si se tiene tiempo, es como mínimo curioso escuchar. Al ver mi entusiasmo, se lanza, pone énfasis, se toca el pecho. "Sangre, semen, menstruación... ¡Vida!", exclama y continúa: "Esto es mi sangre menstrual, y esto es semen de diferentes días y lugares", enseñándomelo de cerca. "Me interesa más el transexual desde que vi La Bella y la Bestia [¿?]". Decido aguantar un poco, hasta que resuelve: "Para mí va unido todo, es la plétora sexual". Me voy.
Con tanta conversación, me he perdido 'Amar en neón', de Mariokissme, del que me cuentan que se desnuda y unta su ano con un líquido fluorescente... En la calle me cruzo con un 'friki' con ropa hecha a base de brochazos. Es un abuelete francés que me pregunta por una galería. Le acompaño. En la estancia conozco al dueño y a un artista, me invitan a respirar 'Narguilox', un producto de Francia, nocivo si se aspira más de 20 minutos. "Está muy de moda en Tokio, Nueva York, París..." me dice su importador.
Al final, en un cuadro, esta frase: "Construir una realidad: y ahí cuando siento una hemorragia interna y trato de ahogarme con mi propia sangre alguien siempre llama a mi puerta". Profundo. He tenido demasiada sangre por hoy, me voy a casa antes de desmayarme.
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