domingo, 2 de marzo de 2008

El primer asomo de la literatura erótica en la historia

La Lisístrata "la que disuelve ejércitos", fué en efecto la primera obra literaria con algo de erotismo; humor algo de sindicalismo y feminismo además. En esta historia de Aristófanes, una mujer ateniense esposa de un soldado, cansada de las guerras y la violencia, desilusionada de la perspectiva masculina, y vislumbrando el triste final posible, se da cuenta que no otras sino las mujeres deberán tomar cartas en el asunto y acabar con los enfrentamientos de manera pacífica, pero... ¿Cómo llegar a cambiar los planes de sus hombres? Parecía imposible...

Es así que propone a las mujeres de ambos bandos de la guerra del Peloponeso a iniciar una huelga de "piernas cruzadas" hasta que los hombres se decidieran a firmar la paz definitiva. Es así que todos los hombres se vieron faltos de sexo, ya que ninguna mujer accedería a ello hasta lograr su cometido.


Llena de escenas eróticas, en las que las mujeres seducen a los hombres, los provocan, los excitan, y cuando ellos caen a sus pies implorando lasciva consumación... Zas! Son abandonados al instante. Los problemas surgen ya que las mujeres anhelantes de los falos de sus esposos y amantes flaquean y se ven al borde de abandonar la huelga.


Lisístrata: ¡Estas mujeres! Las invitas a una bacanal y no se puede ni entrar; vienen todas volando y ¡ala! a tocar el timbal. Pero para esto, en cambio, no se presenta ni una. Calla, que aquí viene la vecina. ¡Buenos días, Kalonike!

Kalonike: Buenos días, Lisístrata. ¿Que pasa, que estas preocupada? ¡Hija, no pongas esta cara! ¡No te favorece nada!

Lisístrata: ¡Es que se me enciende la sangre!¡Damos pena, las mujeres! ¡Para empezar, los hombres nos tienen por unas sinvergüenzas!

Kalonike: ¡Porque lo somos!

Lisístrata: Las convoco por una cuestión de vida o muerte que tenemos que tratar y mira, ellas durmiendo, no aparecen.

Kalonike: Ya vendrán, mujer. ¿No ves que no podemos salir de casa así como así? Tenemos que estar por el marido, por la escalava, cuidar de los niños, hacer la sopa, la colada…

Lisístrata: Sí, ¡pero hay cosas más urgentes y penetrantes!

Kalonike: ¿Cosas penetrantes, dices? ¿Y como son de gordas?

Lisístrata: ¡Uy, muy gordas!

Kalonike: ¡Coño! ¡Y que esperan para venir!

Lisístrata: No, no es lo que imaginas. Ya estarían todas aquí, si fuera eso. No, no. Hace días que me ronda por la cabeza una cosa que me hurga cada noche y me quita el sueño.

Kalonike: ¡Ah, debe ser una cosa fina! ¿Y quieres decir que es por la cabeza por dónde te ronda? ¡Si tanto te hurga!

Lisístrata: ¿Otra vez con eso? Sí, señora, una cosa muy fina. Los hombres son unos bestias. Tendríamos que agarralos y…

Kalonike: ¿Por donde?

Lisístrata: ¡Y dale! Es la salvación de Grecia la que proyecto. De las mujeres, sí, de las mujeres depende…

Kalonike: ¡Pues sí que estamos bien!

1 comentario:

azhelem dijo...

Tengo una nota de un iario sobre el autor de "El anatomista" o algo así, que cre halaron hace poco, que sacó un nuev libro, la pedo escanear, pro, dónde la envío?

No, tipear no la voy a tipear.