Quienes hallaron su cuerpo inerte sobre un charco de sangre en su apartamento del elegante barrio de Al Jumuriyah, en Dubai, se encontraron con una escena que podría haber salido de una película de serie B. Fue apuñalada en varias partes del cuerpo y su rostro fue completamente mutilado, confiaron fuentes de la investigación a la página web libanesa 'El Nashra', una de las primeras en hacerse eco del brutal asesinato de la cantante Suzanne Tamim. Su cara fue desfigurada con un cuchillo antes de que diera su último suspiro, afirmaba la citada publicación online para escalofrío de los admiradores de la intérprete.
El mundo de la farándula árabe se encuentra bajo shock tras conocerse el brutal asesinato de una de sus cantantes más polémicas, tan conocida por su voz, un raro don que le permitía interpretar canciones del repertorio árabe clásico, como destacó en su día la respetada revista de variedades 'Al Shabaka', así como música pop, como por sus problemas con los hombres y con la justicia. El Mundo
No son frecuentes los escándalos de sexo, política y negocios en los países árabes de Oriente Medio. Cuando los órganos de información se atreven a ventilarlos, el asunto se ahoga en pocos días. Los poderosos son la ley y exhiben su riqueza con desafiante ostentación.
Cuando el potentado hombre de negocios egipcio Hicham Talat Mustafa -diputado del Parlamento por el partido gubernamental, miembro de una comisión del Senado, muy bien relacionado con el rais Hosni Mubarak y su hijo Gamal, sobre el que tanto se especula como su posible delfín- fue implicado en el asesinato de la popular cantante libanesa Suzanne Tamin, el pasado mes de julio en el principado de Dubai, la prensa de El Cairo trató de edulcorar el tema y echar tierra al escándalo.
El diario Al Dastur, independiente y crítico con el autoritario régimen de Mubarak -protegido por Estados Unidos-, escribió que "una personalidad egipcia estaba relacionada con su muerte" y fue retirado de los quioscos.
Hicham Talat Mustafa había tratado de adquirir el 51% de las acciones del periódico para ofrecérserlo en bandeja a la familia presidencial, pero la primera dama egipcia rechazó su intención.
El asesinato de Suzanne Tamin, estrella de la moderna canción árabe, que se había dado a conocer en el famoso programa de la televisión libanesa Estudio el fan, fue perpetrado por un ex policía egipcio, Mosher el Sukari, que le asestó varias puñaladas al franquearle la puerta de su apartamento en Dubai, donde vivía en una suerte de retiro.
Hicham Talat Mustafa fue detenido y acusado de haber pagado dos millones de dólares al presunto asesino, Al Sukari, que trabajaba en una empresa privada de seguridad, pero poco después se puso en entredicho el comprometedor testimonio de la denuncia, y el poderoso especulador inmobiliario apareció en uno de los programas televisivos de mayor audiencia, para proclamar su inocencia. Su intervención en el espacio Buenos días, Egipto, habitualmente seguido por el rais Mubarak, provocó la sospecha de que se trataba de una colisión con las altas esferas del poder. La justicia ha prohibido a la prensa ocuparse del caso, pese a las protestas de las organizaciones locales de derechos humanos. La Vanguardia
“¡Loado sea Dios, que ha situado la fuente del mayor placer del hombre en las partes naturales de la mujer, y la fuente del mayor placer de la mujer en las partes naturales del hombre!”Jeque Nefzawi
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