Nunca pude, hasta ahora no puedo, exitarme con la visión de videos o películas pornográficas… Y es que tengo dos muy buenos motivos para no hacerlo.
Uno: Estoy convencida de que las mujeres en esas películas son las únicas que no están gozando, actuan, fingen, hacen de cuenta, intentan convencerte de que lo están haciendo.
En su mayoría (72%) los consumidores del porno son hombres, y consecuentemente está hecho para ellos… Para lo que a ellos les gusta y para lo que ellos creen que a las mujeres nos gusta. No me voy a poner en la postura de si es denigrante o no el rol de la mujer, es un tema por demás complejo, y a veces esa “degradación” de acuerdo a como se conjugue es excitante… Como por ejemplo en el caso de Sabina (La insoportable levedad del ser).
A lo que sí apunto es que a mi no me exita, no lograría que me moje el hecho de que me toquen dos segundos los pechos, con suerte si me practican sexo oral, me metan un falo gigante hasta el fondo de la garganta, penetración vaginal, y enseguidita nomas anal también, para que finalmente me acaben en la boca. Ouch!!!
Toda la previa, ese juego increíblemente delicioso, lo que realmente exita a las mujeres, en estas películas se pierde por completo, consiste simplemente en mamar falos a más no poder y ya!
Y Dos: Uno realmente no sabe qué es lo que está pasando por la cabeza de esas personas. Y es que no creo que realmente sepamos en donde empieza y termina su “personaje”. Hé conocido, muchos de nosotros seguramente, de la triste vida de muchas de estas actrices.
Una amiga, antiguamente stripper, si bien disfrutaba generalmente del bailar, del gustar, del exitar, por momentos deseaba cerrar los ojos y que se terminara la noche lo más pronto posible. Yo no dudo que esto pase en el porno, uno muchas veces no conoce a las actrices y actores, y no sabe bajo que influencias están haciendo esa película, uno no sabe si están tristes, contentos, felices, angustiados…
No estoy poniendo a todos en la misma bolsa, pero a mi el hecho de no poderlo distinguir entre los que están allí porque quieren y los que no encontraron otra o están obligados, me es suficiente.
Y en algo tan íntimo y especial, con tanta energía fluyendo de un lado a otro… la cosa se torna oscura. Y no me exita.
Por eso… Apuesto a la literatura erótica y a la pornográfica, a esa donde la imaginación termina el cuadro a tu gusto y placer, donde todos los personajes gozan… y si sufren… que mas da… no existen en realidad. Sus vidas son papel y en nuestra imaginación adquieren la fuerza y la emoción.
Violaciones, incesto, orgías, homosexualidad… Todo tal cual lo quieres disfrutar.
Lorel
1 comentario:
quizá se nota, y desde luego hay actrices que tienen una vocación y lo hacen encantadas, al igual que en otros ramos de la sexualidad, aunque me gusta mucho esa reivindicación de la literatura erótica, en realidad se trata de un prejuicio creer que en el mundo del sexo explícito las mujeres no disfrutan, incluso hay mujeres directoras y ya un etiqueta de porno para mujeres, y directoras desde los comienzos del género. La pornografía, libremente elegida no es denigrante ni para la mujer ni para el hombre, es como cualquier otro trabajo solo que de cualquier cosa que tenga que ver con el sexo se hace un mundo, siendo el sexo algo tan natural y el placer algo tan legítimo. Se trata de sensibilidades, aunque el porno por lo general es vulgar no por ello es malo, aunque hay películas en el género que merecen una consideración porque están tratadas con más sensibilidad y capacidad cinematográfica. En www.arrebatodecineoriginal.blogspot.com hay algo sobre cine erótico y porno y el crítico www.pacogisbert.com hace una historia del género que está muy bien. Saludos y felicidades por el blog, que es muy interesante.
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